KOTOSHI NO KANJI


En Japón es tradición desde el año 1995, elegir una palabra que se expresa a través de un Kanji. (El Kanji es un ideograma, siendo la gran mayoría provenientes de la lengua China) Dicho Kanji seleccionado, representa el sentir del pueblo japonés en relación al año que termina.
El evento se celebra en el Templo Budista Kiyomizudera (El templo del agua pura), en la ciudad de Kyoto, cada 12 de diciembre que es el día del Kanji en Japón.
El acontecimiento es patrocinado por la Fundación Nihon Kanji Nouryoku Kentei Kyokai, (la misma Fundación encargada de realizar cada año el famoso y exigente examen Kanken) la cual realiza una encuesta pública preguntando cuál es la palabra que describiría el año que termina. Luego la Fundación selecciona el Kanji más mencionado, y de acuerdo con la cantidad de votos es elegido el Kanji del año.
Una vez seleccionado el Kanji del año, es llevado en un sobre cerrado al templo Kiyomizu, y el monje jefe de la abadía y del templo, es el encargado de pintarlo sobre un panel de 1,5 metros x 1,3 metros, revelando al público la opción más votada.En su 13 edición, el carácter elegido no ha sido muy positivo en comparación con el de los dos años precedentes (2006= inochi (vida), 2005 ai= (amor)). El kanji seleccionado por aproximadamente 90.816 japoneses fue “nise” o "gi" que significa falso, carácter que también es usado en la palabra “istuwaru” (mentir, engañar). La segunda más votada fue “shoku” (comida) con 2.444 votos, seguida por “uso” (mentira, falsedad), y en cuarto lugar el carácter de sospecha con 1.848 votos. El monje Mori Seihan, fue el encargado de dibujar la opción ganadora del 2007.
Este año que termina, Japón ha sido golpeado por varios escándalos de la industria alimenticia. La cadena de dulces Fujiya, empresa ancestral y famosa por su linda muñequita Peco-chan, se vio envuelta en el escándalo de unos pasteles rellenos de crema, donde la leche que se utilizó estaba caducada.
Otro de los escándalos que surgieron, fue el de la empresa Ishiya Trading Co. de la prefectura de Hokkaido, con sus deliciosas galletas rellenas de chocolate blanco (Shiroi Koibito), al parecer vendieron las galletas con las fechas de caducidad “arregladas” para que pudieran salir al mercado.
Un caso parecido, ocurrió con los productos de la empresa Akafuku de la prefectura de Nagoya, donde etiquetaron el famoso dulce del mismo nombre, y que se vende como souvenir en el templo de Ise con fechas de caducidad falsas. Al parecer Akafuku mantiene los productos congelados para la fabricación de los dulces durante 14 días, y luego son fabricados utilizando la fecha de envío del producto al mercado de venta como fecha de producción.
El mismo caso de falsificación de las etiquetas de caducidad, ocurrió con la empresa Meat Hope Co.
Lo que más vergüenza y dolor les ha causado a los japoneses, es que estos engaños se han venido manteniendo durante años, lo cual puede haber incidido en la salud pública.
Los engaños y mentiras, no sólo han sido de la industria alimenticia, sino también del gobierno, donde uno de los Ministros de Abe renunció reconociendo que había hecho malversación de los fondos públicos. Así mismo, una cadena de aprendizaje de inglés (Nova), también malversó el dinero de sus estudiantes, y al final se declaró en quiebra.
Espero que el próximo año sea más positivo, y “verdadero”, que los engaños y mentiras no se sigan sucediendo, no sólo en Japón, sino en el mundo entero, aunque quizás mis deseos sean quimeras o utopías.
En cualquier caso, todos mis mejores deseos para todos vosotros, que tengáis una FELIZ NAVIDAD y un FELIZ AÑO NUEVO.
Bibliografía:
* Periódico Mainichi Japan. November 13, Japan 2007.
* Periódico The Japan Times
Fotos:
* Mainichi Japan
* Wikipedia
* Google Imágenes